Una fiesta con palo en mano

El día que mi mentira se cayó a palazos
Le había dicho a mi mamá que saldría por la noche a hacer un trabajo en grupo. La excusa hubiera sido perfecta… si no fuera porque olvidé regresar temprano a casa. Como era de esperarse, mi mamá se preocupó, y con justa razón. Yo, mientras tanto, estaba pasándola increíble en una fiesta a la que, por supuesto, no tenía permiso de ir. Todo fluía: música, amigos, cero culpa (por el momento). De pronto, comenzaron a correr rumores entre las personas, nadie entendía bien qué pasaba, hasta que una amiga se me acercó con cara de susto y me dijo: Tu mamá te está buscando y tiene un palo en la mano. Traté de esconderme, pero me encontró en segundos. Y no, no fue una escena discreta, pasé el roche de mi vida. La fiesta se convirtió en un velorio (el mío emocional, por lo menos).

Reflexiones después del susto
Sí, fue mi culpa. Y sí, aprendí que las mentiras con hora límite son las que más rápido se caen. Ahora que soy mamá, solo espero que mis hijas no me hagan lo mismo. Aunque, siendo realistas… probablemente sí.

¿Y tú? ¿Alguna vez te descubrieron en plena travesura?

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top